domingo, 9 de octubre de 2016
Tiempos de ausencia,
Sé que soy feliz, no completamente feliz pero lo soy, vaya que lo soy. Imagina, aun tengo la fortuna, de una tarde cualquiera tomar el auto o coger el autobus e ir a donde puedo observar una linda puesta de sol; y no solo eso, aun puedo correr, correr tan rápido como pueda, incluso sin ir a ninguna parte... y después de un rato y de ese breve esfuerzo, poder sentir sobre mi cuerpo sudado la cálida y fresca sensación de una brisa al atardecer de un hermoso ocaso. Sentir esa abrasante sensación es lo más cercano a sentir la cercanía de tu cuerpo y tu aliento, al punto en el cual culminábamos nuestro más intimo acto de amor... ¡Qué duros son los tiempos de ausencia!
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